Solo hay guerra

Solo hay guerra

Warhammer 40000 ( o 40k) es un wargame donde los jugadores toman el mando de pequeños (o no tan pequeños) ejércitos en un universo de ciencia ficción representados mediante miniaturas de 28 mm. Actualmente es el juego principal de la editora Games Workshop aunque en un principio nació como una versión futurista de Warhammer Fantasy en 1987 con el cual compartía mecánicas y reglas que fueron distanciándose según pasaban las ediciones. Hoy en día disfrutamos de la 8ª edición que ha retomado un sistema similar al empleado por su juego hermano de fantasía (Warhammer Age of Sigmar) aunque con diferencias suficientes que permiten que tenga su propia personalidad.

El juego nos sitúa en un futuro distópico en el cuadragésimoprimer milenio dónde, literalmente, “solo hay guerra” y luchan diferentes facciones (humanas, alienígenas y demonios) cada cual con sus propios fines. La humanidad se extendió desde Terra, nuestro planeta, por toda la galaxia y fue unificada por un gran héroe conocido como “El Emperador”, gran estratega, guerrero, psíquico, estadista, científico, carismático, guapo, fuerte, lo tenía todo. Sin embargo una guerra civil de proporciones galácticas llamada “La herejía de Horus” estuvo cerca de acabar con el imperio que había creado. Un resumen rápido de este evento, muy muy destilado, sería el siguiente. En el año 30000, tras unificar a la humanidad, el Emperador se retira a su palacio a dedicarse a proyectos secretos que tiene en mente desde hace tiempo y que la guerra no le permitía desarrollar con calma. Deja a su principal general, Horus, al mando de todo pero éste escorrompido/ engañado por los dioses del Caos (deidades que habitan un plano paralelo y que quieren tomar el nuestro) y se revela contra su señor. Los ejércitos se dividen y se enfrentan por toda la galaxia acabando todo en una gran batalla atacando el palacio del Emperador en el Himalaya (si, se hizo un palacio-fortaleza ahí arriba, ventajas de que sea en el futuro) donde todo acaba con la muerte de Horus y la del Emperador, o casi. Para mantener vivo al Emperador se le coloca en el trono dorado, una maquinaria que además de evitar su muerte definitiva permite la comunicación entre sistemas y facilita el viaje por el inmaterium (el plano de los dioses del caos). Desde entonces el Imperio de la humanidad es gobernado por una teocracia fundamentalista que tiene al Emperador como su dios.

Un universo oscuro donde el conflicto estalla en cualquier lado, los buenos no siempre son tan buenos y lo malos tienen su punto atractivo es un gran telón de fondo para nuestras partidas. Tres grandes facciones donde puedes encontrar el ejército que se adapte a tus gustos ya que hay una gran variedad.

El Imperio es la facción más grande, representa las fuerzas de la humanidad leal al Emperador, entre sus ejércitos tenemos:

 

  • Astra Militarum, antes llamada guardia imperial, el cuerpo de los ejércitos imperiales, formado por billones de soldados reclutados (a veces “invitados” a alistarse) en todos los planetas. Personas normales cuya fuerza se basa en su número, sus tanques y sus tácticas de armas combinadas. Es el ejército más parecido a uno actual.
  • Adeptus Astartes, o más conocidos como marines espaciales, supersoldados mejorados genéticamente y con armaduras potenciadas que el Imperio utiliza para ataques quirúrgicos. Divididos en capítulos distintos ofrecen un gran abanico de posibilidades tácticas.
  • Custodes, guerreros de élite, más todavía que los marines. Ejércitos pequeños con gran movilidad y resistentes para frenar grandes amenazas.
  • La Inquisición y las Adeptas Sororitas, ramas de la iglesia del Emperador dedicadas a erradicar a la galaxia de mutantes, alienígenas y herejes. Su núcleo habitualmente son tropas de la guardia imperial pero destacan las hermanas de batalla, mujeres equipadas con armaduras potenciadas y armamento sagrado para purificar (nada purifica mejor que el fuego).
  • El Culto del Mechanichus, adoradores del Omnishia, el Dios Máquina (según la iglesia sería una representación del Emperador) científicos buscadores de tecnología perdida y estudiosos que no dudan en luchar para cumplir sus fines, científicos o no. En ocasiones apoyados por Caballeros Imperiales, pilotos nobles de grandes vehículos andadores armados con un potente arsenal y guiados por un código de honor.
  •  

El Caos es la facción rival y principal amenaza del Imperio. Sus fuerzas están formadas por demonios llegados desde el Inmaterium, sectas ocultas entre la población humana, marines renegados y poderosos hechiceros psíquicos que rinden culto a uno de los cuatro dioses del Caos.

 

  • Khorne, el dios de la sangre, la guerra y la violencia desmedida, el más poderoso de todos y con mayor cantidad de seguidores, algo que no debe sorprender en un universo donde “solo hay guerra”.
  • Nurgle, el dios de la enfermedad, la podredumbre y la corrosión, aunque sus seguidores prefieren verlo desde otra perspectiva, el dios de la regeneración, de la vida y del ciclo continuo de nacimiento y muerte que busca abrazar a toda la galaxia e incluirla en su jardín.
  • Tzeench, el dios del cambio, el engaño y la magia. Conspirador y planificador que siempre va un paso por delante en sus planes. Obsesionado con el poder y la manipulación puede adoptar diferentes formas para llegar a su objetivo, el cual puede que ya haya vislumbrado en visiones.
  • Slaneesh, el más joven, nacido de los excesos de los aeldari, el vicio, el placer y las acciones desmedidas son su alimento. Lujuria, dolor, gula, su apetitoes insaciable y se dedica a cualquier tarea que traiga asociado el placer, la razón última de su existencia.
  • Los Xenos, o alienígenas, son las diferentes razas no humanas que habitan la galaxia, aunque eso no significa que estén unidas, simplemente el Imperio las mete a todas en el mismo saco, considerando que son una amenaza.
  • Los Aeldari, el equivalente en este mundo a los elfos de fantasía, una raza antigua, longeva y muy avanzada tanto en tecnología como en lo referente a los poderes psíquicos. Diferentes ramas de una raza en declive enfrentadas entre ellas y contra todos. En su pasado crearon involuntariamente a Slaneesh lo que casi causa la extinción de su raza. Repartidos en grandes naves (mundos astronave), en planetas perdidos (exoditas) o en su propio plano paralelo, la telaraña, esta raza sobrevive a si misma.
  • Los Orkos, con k que queda mejor, una raza descendiente de plantas que se reproducen por esporas y cuya forma de vida es la guerra constante y la pelea. Carismáticos y numerosos se juntan en grandes grupos y viajan en rudimentarias naves para extenderse por la galaxia. Se puede decir sin temor a equivocarse que son la única raza feliz de esta ambientación ya que disfrutan pegándose con quien sea.
  • Los Necrontyr o necrones, una raza antiquísima que permaneció en letargo 60 millones de años y ahora se despierta para reclamar a las jóvenes civilizaciones sus mundos. Un pueblo completamente formado por máquinas que harían las delicias de todo fan de la saga Terminator.
  • El Imperio Tau, una especie humanoide de piel azulada que ha evolucionado enormemente en los últimos miles de años y equipados con avanzadísima tecnología. Una sociedad dividida en castas y que se expande continuamente asimilando a otras razas para suplir sus carencias físicas.
  • Los tiránidos son la más alienígena de las razas que asedian al Imperio. Criaturas insectoides de tamaños que van desde pequeños gusanosque usan como munición, a biotitanes del tamaño de grandes edificios. Una raza de gran adaptación que viene de otra galaxia y devora planetas literalmente. Guiados por una mente colmena atacan sin mostrar ningún tipo de emoción, como un enjambre. En ocasiones, ciertos organismos consiguen infiltrarse en planetas para prepararlos para la invasión, destacando el caso de los Cultos Genestealer, que infectan a los ciudadanos generando híbridos leales a un líder que no es más que un organismo tiránido. Con el paso del tiempo el culto se extiende por todo el planeta y se alza en armas en el momento que llegan los tiránidos facilitando la asimilación del planeta.

El sistema de juego es bastante sencillo, con reglas generales simples divididas en fases en cada turno de jugador. Todas las tiradas se realizan con dados de 6 caras, en ocasiones en gran cantidad y no sería la primera vez que en la asociación usamos una papelera para tirarlos todos. La “chicha” del juego llega en los ejércitos, cada tipo de tropa tiene una hoja de datos donde se reflejan sus estadísticas y se explican sus reglas especiales así como sus palabras clave que servirán para planear tácticas y sinergias entre diferentes unidades y héroes. Además el uso de estratagemas, cartas con acciones especiales, aumentan la variedad táctica y mejoran la experiencia. Cada ejército tiene sus propias estratagemas y el escenario que se juegue puede incluir algunas adicionales.

Existen tres modos de juego:

  • Juego abierto: básicamente consiste en coger las miniaturas, organizarlas en unidades y ponerse a jugar sin preocuparse del equilibrio, facciones o cualquier tipo de costes de unidad. Recomendable para aquellas personas que empiecen a jugar y tengan colecciones limitadas para entender y aprender los mecanismos básicos del juego.
  • Juego narrativo: ideal para gente que quiera jugar mientras se cuenta la historia, con objetivos claros y donde el posible desequilibrio de fuerzas sea precisamente lo que se busca. Una resistencia heroica, un asedio a una fortaleza o una emboscada no entienden de valor en puntos de unidades, se lucha con lo que se tiene.
  • Juego equilibrado: ideal para eventos como torneos y ligas donde determinar el ganador debe ser por la vía más justa y equilibrada. Limita la elaboración de ejercitos y ofrece misiones muy variadas donde los objetivos van cambiando a lo largo de la partida exigiendo al jugador versatilidad y conocimiento de sus tropas. Es el sistema que se emplea en los torneos ya que está muy orientado al juego competitivo.

Las reglas se mantienen actualizadas gracias a las llamadas “Big FAQ” de Workshop así como los recopilatorios anuales “Chapter approved” donde equilibra los costes en puntos, disponibilidades y ofrece nuevas formas de juego y misiones.

Un juego vivo, con gran comunidad y un trasfondo rico y variado que hacen de Warhammer 40000 un wargame divertido, fácil de iniciarse en él y que engancha con unas pocas partidas.